La heroína era mala, pero lo que estamos viendo en estos momentos es mucho peor". Estas palabras resonaron ayer en repetidas ocasiones en el salón de actos del Plan Nacional sobre Drogas, donde se celebraba un congreso sobre cocaína. Tanto los ponentes -psicólogos, médicos y técnicos en prevención- como los oyentes -la mayoría trabajadores sociales- coincidieron en sus temores: las nuevas drogas que están entrando en este momento en el mercado español de estupefacientes, comunes en mercados como el americano o los países del Este, son auténticas bombas de relojería, letales para el consumidor, mucho más de lo que se conocía hasta ahora en el mundo de las drogas.
Pero, ¿cuáles son estas drogas tan peligrosas? Según los expertos consultados por este periódico, se trata de dos drogas de síntesis -el m-CCP y la metanfetamina- y de un nuevo tipo de cocaína base libre, una variante del crack que conocíamos hasta ahora, que se está extendiendo rápidamente entre los consumidores de cocaína, la droga más consumida de España junto con el cannabis. En los tres casos, sus efectos son altamente nocivos para la salud: provocan el deterioro cognitivo de una manera tal que la persona deja incluso de sentir si tiene frío o calor o tiene hambre. A este problema de salud se une otro, el peligro que suponen para la sociedad, ya que los que consumen estas nuevas sustancias se vuelven violentos y paranoicos.
LA PASTILLA DEL TIBURÓN. Fue en julio del 2005, en el más que popular festival Sónar de Barcelona, cuando saltó la alarma al tener que ser atendidos varios jóvenes con vómitos, dolores de estómago e incluso alucinaciones. Habían tomado unas pastillas blanquecinas, que según los afectados habían adquirido como éxtasis. Esta secuencia se volvió a vivir en los macroconciertos de Benicàssim, en el Festimad de Madrid y en el Creamfield de Almería. Pero no fue hasta el pasado mes de marzo cuando se descubrió lo que realmente escondían estas supuestas pastillas de éxtasis. El 31 de marzo la policía desarticulaba en Madrid una banda de trece jóvenes -el líder tiene 27 años y el resto apenas superan los 20- con 31.000 pastillas de color blanquecino, con la figura de un tiburón troquelado en su superficie. Los análisis revelaron que se trataba de metaclorofenilpiperazina, más conocida como m-CPP, sustancia que no está prohibida en las listas internacionales de drogas, pero con unos efectos imprevisibles si se mezcla con alcohol. Esta sustancia, desconocida hasta entonces en España, está compuesta por sustancias farmacológicas idóneas para controlar los brotes esquizofrénicos. Según los agentes que intervinieron en esta operación, la m-CPP causa graves problemas en los consumidores como brotes de violencia y envenenamiento. El mercado elegido por los traficantes son los locales de ocio, donde se venden como éxtasis por entre 6 y 12 euros. Pero la realidad es que es una sustancia mucho más tóxica que ésta, un psicotrópico con efectos alucinógenos muy potentes.
Las investigaciones apuntan a que viene de los países del Este y posteriormente se introdujo en los países nórdicos, como Finlandia.
EL DEVASTADOR CRANK.
Viene de Estados Unidos, donde su extensión se ha convertido en un verdero problema tanto de salud como de orden público, tales son los efectos violentos que produce en sus consumidores. Se calcula que más de doce millones de estadounidenses son adictos a esta sustancia. El principio activo del crank es una metanfetamina, una droga que destruye las neuronas, tan adictiva que es casi imposible dejarla, barata y muy fácil de fabricar en cualquier laboratorio improvisado. Se puede esnifar, fumar o inyectar, y en función de eso le dan nombres como crank, speed, chalk, cristal, ice, meth. La metanfetamina es un estimulante muy potente que afecta a las células cerebrales que están en los centros de placer del cerebro produciendo una sensación de bienestar, acelera la actividad corporal y sus efectos pueden prolongarse durante doce horas. Tal es la alteración que provoca, que muchos consumidores tienen comportamientos muy violentos, brote que llega a durar hasta las citadas doce horas.
En España se tiene conocimiento de su llegada hace algo más de un año. En junio del 2005, la policía detuvo a tres personas con 122 gramos de esta sustancia "de efectos devastadores", según un portavoz de la sección de estupefacientes de Madrid. En Gran Bretaña ya ha empezado a entrar en locales de ocio, y se teme por su rápida extensión en toda Europa, entre otras cuestiones porque es una droga muy económica. Un artículo en la edición del martes en el rotativo inglés The Independent alertaba de que ya se puede encontrar con facilidad en todo el país.
LA ´NUEVA´ COCAÍNA.
Expertos reunidos ayer en Madrid alertaron de la presencia de una nueva modalidad de cocaína, muy nociva para los consumidores, que crea una gran adicción y de la que se desconoce realmente su composición. Se trata de la cocaína base, una variante del conocido crack -el polvo blanco que se disuelve en agua destilada y al que se añade una sustancia alcalina, por ejemplo amoniaco- muy extendida en EE.UU. Esta nueva variante del crack incluye una mezcla de opiáceos que incrementa la adicción, así como la pérdida de control del consumidor. Lo que se desconoce por el momento es qué tipo de opiáceo se mezcla con la cocaína. "o si hay algo más", indican los expertos, ya que mientras la mezcla de la cocaína base la realizaba el propio consumidor, los traficantes han comenzado a vender una mezcla propia, que se ha extendido en las zonas más marginales.
Además, se ha pasado de fumarlo a consumirlo por vía intravenosa, aumentando los efectos al ir directo al cerebro. Desde que esta mezcla se vende directamente, los episodios violentos y paranoicos se han multiplicado, así como los estados de pérdida de control. "¿Qué están metiendo en la cocaína para que esto ocurra?", se preguntan angustiados los expertos, que se muestran impotentes a la hora de predecir lo que ocurrirá en el futuro si esta modalidad de crack intravenoso se extiende: "Tenemos mucha literatura sobre el crack fumado, pero no sobre el inyectado, por lo que no sabemos qué puede ocurrir", señalan.