Por último, un pasadizo de nuestro pasado cercano y rural, tan real como la vida misma:
En Aia, antes de que se divulgase la inseminación artificial, Erramun miraba reflexivo como un semental cebón montaba a la vaca, sujeta por los cuernos a un aparato desaparecido hoy de los prados: dos langas oblicuas unidas a un poste vertical.
Tan absorto estaba en el apareamiento, que un vecino le preguntó algo zumbón a ver si con su edad era la primera vez que veia aquello. Erramun lo había visto desde crío, pero alcanzaba ya los sesenta y filosofó: - "No... pensaba...que si a mi me hubiesen cambiado la hembra todos los días como a ése...."
Hay cosas que nunca cambian....
En Aia, antes de que se divulgase la inseminación artificial, Erramun miraba reflexivo como un semental cebón montaba a la vaca, sujeta por los cuernos a un aparato desaparecido hoy de los prados: dos langas oblicuas unidas a un poste vertical.
Tan absorto estaba en el apareamiento, que un vecino le preguntó algo zumbón a ver si con su edad era la primera vez que veia aquello. Erramun lo había visto desde crío, pero alcanzaba ya los sesenta y filosofó: - "No... pensaba...que si a mi me hubiesen cambiado la hembra todos los días como a ése...."
Hay cosas que nunca cambian....