Ya no recuerdo cuando empecé, hace tanto tiempo que apenas puedo distinguir una fecha clara cuando dí mis primeras caladas a un cigarro. Me aventuraría a decir que sería allá por los 13 años.
Lo que se comenzó siendo un juego continuó siendo un guiño a una madurez que no me correspondía y terminó haciéndome esclavo de un habito al que nunca le he dado importancia.
Es cuanto menos curioso que en todo este tiempo que llevo fumando (13 años) jamás dije cuando ni como lo dejaría. Dicen que las ocasiones las pintan calvas y ayer surgió la ocasión.
Mi madre esta en tratamiento para dejar de fumar y mi padre me pidió que no fumara delante de ella para que, de esa forma, evitarle la sensación de querer y no poder.
Así que desde ayer, y hasta ahora con éxito, HE DEJADO DE FUMAR.
Lo que se comenzó siendo un juego continuó siendo un guiño a una madurez que no me correspondía y terminó haciéndome esclavo de un habito al que nunca le he dado importancia.
Es cuanto menos curioso que en todo este tiempo que llevo fumando (13 años) jamás dije cuando ni como lo dejaría. Dicen que las ocasiones las pintan calvas y ayer surgió la ocasión.
Mi madre esta en tratamiento para dejar de fumar y mi padre me pidió que no fumara delante de ella para que, de esa forma, evitarle la sensación de querer y no poder.
Así que desde ayer, y hasta ahora con éxito, HE DEJADO DE FUMAR.